En busca de competitividad, la meta universal de las industrias es obtener aumento de la producción con reducción de costo, principalmente los energéticos. En el sector alimenticio, el desafío es aun mayor. Para seguir las determinaciones de las Buenas Prácticas de fabricación (BPF), legislación sanitaria federal establecida por Anvisa, las mismas deben garantizar la correcta manipulación de alimentos, desde la materia prima hasta el producto final, a fin de impedir contaminaciones por agentes físicos, químicos y biológicos. La norma se basa en tres pilares: higiene del ambiente, del Proceso y de las personas. Por eso, antes adquirir nuevos equipamientos, es preciso, por Ejemplo, verificar si los mismos atienden el conjunto de medidas.
Para modernizar la unidad en Dois Vizinhos (PR), BRF Brasil Foods, que representa las marcas Sadia y Perdigão, encontró una solución que fusionó todos esos requisitos. Al sustituir el motor eléctrico del disco de corte, máquina usada para separar los diferentes cortes de carne, la empresa optó por motores Wwash, innovación desarrollada por WEG para atender principalmente las especificidades del sector alimenticio y farmacéutico. El equipamiento tiene alta eficiencia y fue proyectado para facilitar la higienización y limpieza del ambiente con agua, contando con sistema completo de sellado. Además de eso, el motor está pintado con WEG NOBAC®. La pintura posee propiedades antimicrobianas e impide la proliferación de bacterias, garantizando la calidad del Proceso.
WEG promueve el cambio asertivo de motores, por utilizar una metodología que posibilita conocer, tanto las características técnicas de funcionamiento, como las especificaciones del equipamiento. Entre las etapas analizadas están: definición potencial de motores ineficientes, visión general del Proceso, diagnóstico de las condiciones operacionales y estudio de ingeniería de aplicación. Tras la sustitución del motor, son realizadas mediciones para evaluar el resultado alcanzado.
Retorno garantizado
La sustitución del motor estándar por el Wwash, trajo un ahorro de energía de 42%. El buen desempeño permite que el tiempo de retorno de la inversión de BRF sea de aproximadamente un año y medio, tomando en consideración solamente la reducción del costo de energía eléctrica. Otro número que refleja la viabilidad del proyecto es el aumento del MTBF (tiempo medio entre fallas): si antes el mantenimiento ocurría en períodos de 20 días, ahora pasó a cerca de un año. Otros beneficios de los motores Wwash son mayor confiabilidad y eficiencia en el proceso y una menor demanda de reparaciones, liberando al equipo de mantenimiento para otras actividades.