Como parte de la implementación de la Industria 4.0, se sabe que las herramientas tecnológicas permiten la optimización de las operaciones diarias, lo que resulta en una mayor eficiencia en los procesos de fabricación y gestión.

Mientras utiliza nuevos y poderosos recursos tecnológicos, la Industria 4.0 beneficiará a las compañías con operaciones de eficiencia muy avanzadas. En términos prácticos, las empresas tienen la oportunidad de optimizar los recursos para obtener mejores resultados y obtener una ventaja competitiva. Dentro de esta implementación de la Industria 4.0, aquí están algunas de las evidencias donde es posible ahorrar dinero implementando una fábrica inteligente de manera eficiente:

Reducción de paradas de producción inesperadas.

Uno de los principales enemigos de las industrias es la aparición de eventuales problemas en los equipos que presentan paradas en la producción. Estas pausas generan perjuicios, una vez que el ciclo productivo es interrumpido sin programación, y demandan el desplazamiento de profesionales para acciones urgentes. 

La adhesión a la industria 4.0 permite avanzar en el llamado mantenimiento predictivo, o sea, monitorear los equipos de forma constante, para prever fallas de manera anticipada. El mantenimiento es hecho por sensores que son acoplados en las maquinarias y envían informaciones a la nube, a través de sistemas específicos. 

De esta forma, es posible constatar la necesidad de intervención previamente, disminuyendo daños en los equipos y tiempos para inspección, diferente del mantenimiento preventivo que exige el cambio de piezas, aunque la máquina no presente necesidad.   

Mejores condiciones de trabajo

Recursos como inteligencia de datos ayudan a mejorar las condiciones de trabajo, a partir del control de temperatura, humedad, stock y otros datos de la planta fabril. Un ambiente laboral mejor climatizado, entre otros factores, trae más satisfacción profesional, lo que se traduce en mayor productividad y rentabilidad para la empresa. 

Empleados que realizan más actividades de valor agregado.

Con la integración de los equipos y su mayor autonomía, las actividades operacionales, antes ejecutados por funcionarios, quedan bajo la responsabilidad casi que exclusiva de las máquinas. Eso permite la contratación y reubicación de profesionales para desempeñar actividades más complejas y estratégicas, o sea, focalizadas en la generación de resultado. 

Evidentemente, habrá necesidad de actualización constante, incluso porque surgirán nuevas actividades que hagan frente a las demandas de la industria 4.0.

 

El ahorro también es asociado a:

  • reducción de costos de implementación de líneas de producción;

  • menos gastos operacionales;

  • mayor precisión en los resultados;

  • mayor control y seguridad sobre productos;

  • disminución de fallas;

  • reducción del ciclo de tiempo y de trabajo en proceso;

  • reducción de las lesiones de trabajo;

  • regulación y control de procesos con calidad del producto final;

  • mayor eficiencia de los equipos.

 

El aspecto entusiasta y positivo de estas ventajas es que no necesariamente dependen de un cambio completo de la estructura. Se puede usar y adaptar equipos para esta nueva configuración y garantizar un aumento sin precedentes en productividad y eficiencia.